martes, 19 de marzo de 2013

El conejo como animal de compañia.


A los conejos es fácil entrenarlos para que hagan sus necesidades, en una caja de desechos, que puede ser cualquier caja adaptada para ellos. Además que su dieta se compone por pasto, frutas y vegetales, y son unas mascotas muy silenciosas. No es recomendable tenerlos en casa donde habiten niños pequeños debido a que los conejos se espantan por cualquier ruido fuerte.

Los conejos son animales muy sociales, y se convierten en parte de la familia, tal como los gatos, los perros y los pájaros, e incluso se llevan muy bien con estos animales. Por eso no es raro ver a un conejo de casa jugando con un perro, un gato u otro conejo. La socialización toma tiempo, especialmente cuando son dos conejos machos, y pelean por el territorio, por lo que puede ser contraproducente tenerlos.
Generalmente suelen huir de los humanos, aun cuando se tienen como mascotas, debido a que son animales muy nerviosos. Por ello es importante mostrarles siempre que se puede confiar en las personas.

Intento frustrado de cortejo. Estas manifestaciones suelen desaparecer con la castración.
A veces, cuando son criados en cautividad, podemos encontrar que son agresivos (muerden, gruñen),esto puede ser motivado por diferentes causas:
  • Son animales muy territoriales y pueden sentirse amenazados.
  • Porque estén asustados.
  • Porque se sienten agobiados y es una forma de indicar que necesitan tranquilidad.

Domesticación.


Se trata de un animal de relativamente reciente domesticación. Hay datos históricos que demuestran que los romanos en el siglo I a. C.ya mantenían conejos en cautiverio con el fin de producir carne. Entre el siglo VI y X, los monjes franceses comenzaron a seleccionar conejos para formar una línea descendente de mayor aptitud cárnica. Dichos monjes tenían por costumbre comer "laurines" en periodo de Cuaresma, ya que estaban incluidos en los "platos acuáticos".
No obstante, sólo hasta el siglo XVI aparecen las primeras variaciones de la capa de pelaje del conejo y las primeras razas pioneras definidas.


Relación con el ser humano.


Se llama cunicultura o producción cunícola a la cría sistemática de conejos. El conejo puede ser también una mascota que se adapta perfectamente a la compañía del hombre y que no requiere excesivos cuidados: limpieza de la jaula, alimentación, etc.
Por otro lado, el conejo es protagonista de las explicaciones típicas sobre genética y herencia de los caracteres, ya que según la presencia de dos de los cuatro alelos distintos posibles para un mismo gen, desarrolla un tipo de pelaje u otro: salvaje o agutí, chinchilla, himalaya o albino.



Reproducción.


Son fértiles durante todo el año pero la mayor cantidad de nacimientos se dan durante la primera mitad del año. El periodo de gestación dura 32 días y las camadas oscilan normalmente entre 4-12 individuos. Pueden tener varias camadas al año aunque los abortos y la reabsorción de embriones son comunes, posiblemente debido al estrés al que esta especie está siempre sometida.
Los neonatos, llamados gazapos, nacen sin pelo y ciegos. La madre sólo los visita unos pocos minutos al día para cuidarlos y alimentarlos con su leche. Los pequeños son destetados a las cuatro semanas de vida y tanto machos como hembras alcanzan la madurez sexual hacia los 8 meses de edad. Aunque pueden llegar a vivir 10 años, el 90% de los ejemplares no supera el primer año de vida.
Gran parte del éxito reproductivo del conejo doméstico reside en la ovulación inducida, donde los óvulos sólo son liberados en respuesta a la copulación. Por otro lado, la placenta permite un alto grado de contacto entre la circulación materna con la de los fetos, al igual que la humana. Por esto mismo son muy útiles para el estudio de la embriologíahumana.

Alimentación.


La abundancia de la especie, se basa, además de en su capacidad reproductora, en su condición de fitófago con doble digestión, asemejándose a los rumiantes. En efecto, el conejo practica la cecotrofia, de modo que las heces blandas (cecotrofos), ricas en bacterias y proteínas, son reingeridas para un segundo tránsito digestivo. Estos excrementos son más frecuentes por las mañanas, cuando los animales se encuentran en reposo. Como otros lagomorfos, el conejo ha estado considerado mucho tiempo como un rumiante, con los que no tiene ninguna relación; ello se fundamenta en la observación del comportamiento del conejo, que pasa largas horas removiendo las mandíbulas de derecha a izquierda. En realidad, estos movimientos no se explican por la rumia sino por la alimentación en dos tiempos. Primero, el conejo digiere la hierba que consumió; la celulosa es digerida por las bacterias Anaerobacter a ácidos grasos volátiles que sirven de nutrientes. Resulta de ello son los cecotrofos, excrementos verde oliva, blandos y brillantes que el conejo toma de salida del ano y vuelve a ingerir. Los excrementos finales del conejo son de un marrón oscuro, más gruesos (7 a 12 mm de diámetro) y duros.
En general seleccionan plantas compuestas, leguminosas y gramíneas vivaces de escasa talla y con tendencia a formar céspedes. En invierno su régimen consta de tallos y cortezas de arbustos. Puede cavar la tierra para encontrar raíces, semillas y bulbos; también es capaz de escalar arbustos y matorrales para comer los más jóvenes retoños.
Un adulto consume de 200 a 500 gramos de plantas al día. Cuando los conejos están presentes en densidad importante, su impacto sobre el medio es importante: traban la reproducción de ciertas especies de plantas pero también, en consecuencia, de animales.


Comportamiento de los conejos.


El conejo es un animal gregario y territorial (territorios de menos de 15 m², en ocasiones solo 1 o 2). En óptimas condiciones de terreno y alimento prefieren vivir en largas y complejas conejeras o madrigueras En ellas habitan de 6 a 10 individuos adultos de ambos sexos. La jerarquía de dominancia es importante en los machos ya que establece quién tiene prioridad para el apareamiento.
Animal de hábitos nocturnos y crepusculares, se alimenta desde que anochece hasta que amanece y pasa la mayor parte del día en sus madrigueras.
Habitualmente son muy silenciosos pero emiten fuertes chillidos cuando están asustados o heridos. Otros tipos de comunicación son los olores y el contacto físico.
Ante la presencia de un potencial depredador permanece inmóvil intentando pasar desapercibido antes de huir a la carrera hasta un refugio. Este comportamiento provoca muchos atropellos, especialmente durante la noche.
Golpean el suelo con sus patas traseras, y lo pueden hacer varias veces dependiendo de lo exaltados que estén, cuando se enfadan, tienen miedo o las hembras no se dejan cubrir durante la reproducción.



Hábitat:

 Vive en áreas secas próximas al nivel del mar con un suelo arenoso y blando para facilitar la construcción de madrigueras. Habitan en bosques aunque prefieren campos extensos cubiertos por matorrales donde pueden esconderse. Antiguamente también eran frecuentes en tierras de cultivo aunque los nuevos métodos de arado incluyen la destrucción de madrigueras de conejos. A pesar de ello, ésta especie se ha adaptado a la actividad humana viviendo en parques, campos de césped o incluso cementerios. En ocasiones se encuentran en cultivos agrícolas donde se alimentan de lechuga, granos o raíces cuyo fin era la ingesta humana.